domingo, 22 de febrero de 2009

FELIZ CUMPLEAÑOS EN UN AUTOSERVICIO


Hace unas semanas mi esposo y yo hicimos algunas compras en un conocido autoservicio ubicado en la Av. La Marina, denominado Hipermercado “Metro”, luego de realizar nuestras compras para abastecer la alacena de la casa, nos dirigimos a una caja, después de buscar la caja que tenía el menor número de personas en cola. Decidimos como todos, hacer nuestra cola y esperar nuestro turno.
Cuando llegó nuestro turno colocamos todos los productos que habíamos comprado en la faja electrónica y nos dimos con una muchachita bastante joven, delgada, de ojos vivaces, con una amplia sonrisa, quien nos recibió amablemente.
Luego nos preguntó si teníamos las famosa tarjeta que hace ganar unos puntos a los frecuentes compradores de la tienda para canjear al reunir los puntos necesarios algún producto de catálogo, esta famosa tarjetita se denomina “bonus”, recuerdo hace algunos años que fue una de las innovaciones que tuvo este hipermercado al ofrecer a sus clientes una tarjeta que le permitía ganar puntos de acuerdo al monto de compras acumulado, para poder canjear algún producto de catálogo. Posteriormente, muchos comercios sean autoservicios o tiendas por departamentos comenzaron a idear el que sus clientes también ganarán puntos por sus compras, obviamente que son estrategias de marketing muy bien diseñadas por estos emprendedores profesionales.
Bueno, pero en realidad eso no fue lo que nos sorprendió sino que mientras pasaban los productos y se iban registrando en la caja. De repente, escuchamos la famosa melodía de la canción cuyo título es “Happy Birthday to you”, siempre tan alienados nosotros; después que terminó la melodía en cuestión, todas las cajeras dejaron de hacer lo que estaban haciendo en ese momento y empezaron a aplaudir, seguidamente tocaron unos silbatos que tenían colgados en sus cuellos, haciendo honores por el onomástico del cliente que había pasado por caja para pagar sus productos un singular día como es el de su onomástico.
Entonces inmediatamente, mi esposo Jose, le preguntó a la cajera: ¿Por qué tienen que tocar esos silbatos? ¿Le obligan a hacer esa ridiculez? La cajera bajó la cabeza y respondió que sí. Es, entonces, que yo le pregunté: ¿Cuándo ustedes cumpleaños años, también les cantan “Feliz Cumpleaños”? La joven levantó la cabeza y dirigió su mirada hacia mí y me respondió: No, señora, ni siquiera se acuerdan cuando es nuestro cumpleaños.
Sin titubear le dije a la joven: Pues muy mal, debemos dar ejemplo con nuestros actos, si deseamos que las cosas se hagan por compromiso no por obligación. Creo que los gurús del marketing han olvidado ello.
Sé que el mundo de hoy exige que las personas cada día sean más competitivas, que las empresas creen estrategias cada vez más ingeniosas para captar a sus clientes externos. Pero y qué pasa con los clientes internos (empleados o colaboradores), quienes también deben sentirse reconocidos y valorados dentro del centro de trabajo. El trato humano jamás debe dejarse de lado, porque es el motor que hará que los colaboradores de una empresa se hallen a gusto y reconocidos, que sientan que lo que hacen no es por obligación, sino por satisfacción, y que sientan que lo que realizan en la empresa es único y que si tuvieran que escoger nuevamente, concursarían por un puesto de trabajo allí y que lo que desarrollan en su trabajo es lo que ellos quisieran hacer siempre. Obviamente, para que suceda esto no necesitan de gerentes, sino de verdaderos líderes, que con el ejemplo educan, y que tienen tal credibilidad para con sus clientes tanto externos como internos, a tal grado, que nunca se dudaría de las decisiones a tomar.
Esto creo que se podría llevar a cualquier campo sea religioso, educativo, corporativo, empresarial… Lo importante es ejecutarlo pensando siempre en el impacto en que significará la decisión a tomar y que esta se logre por convicción.
Creo que hoy sólo he expresado mi sentir, y espero volverme a encontrar con mi bitácora dentro de poco, esperando siempre sus comentarios.
Cariños a todos,
Angélica Granados Alzamora.

domingo, 15 de febrero de 2009

CUENTOS PARA SOÑAR


Les cuento amigos el día de San Valentín la pasamos divino. Lo primero que hicimos fue ir al cine, miramos la marquesina y decidimos mi esposo, Jose, y mi hijo, Diego Alonso, por una de esas películas producidas por Walt Disney, apta para todos, el título es “Cuentos que no son cuento” protagonizada por el comediante Adam Sandler. Así que dispuestos a verla nos compramos uno de esos famosos combos, que ofrecen en Cineplanet, e ingresamos a ver la película.
La película me hacer reflexionar en lo importante que es introducir a los niños en la lectura, en el hecho de que pueden crear, fantasear e imaginar lo que quieran con personajes nuevos o tal vez inspirados en otros relatos, para también darle el toque final a la historia. Ellos se sentirán fascinados, porque son partícipes del cuento y les dará una importancia singular para ellos.
Es obvio que nuestros niños tienen que soñar, recrear con su imaginación personajes, historias y finales que pueden ser felices o menos felices; pero ellos son los interesados en el cuento.
También el contacto de la familia con los niños a la hora de dormir, es tan importante, y quizás mucho más para aquellos padres que trabajan y retornan a casa tarde; pero que requieren de ese trato humano que necesitan los miembros más pequeños de la familia.
Toda esta reflexión sólo viene a colación gracias al argumento de esta película, que además presenta a una singular mascota, cuyo nombre es Fisgón, y no es nada menos que un cuy, originario de nuestra tierra y que en otros países latinoamericanos le llaman cobayo. Este animalito tiene, en la historia, unos ojos grandes, llamativos y que hacen que sea uno de los pasajes de la película curiosos y a su vez nos muestra que todo niño debe tener una mascota que se adecúe a su personalidad, a su desarrollo emocional y a la responsabilidad que irá adquiriendo con el nuevo miembro de la familia.
Otro de los aspectos que se observan es la separación de los padres y esto hace que los niños, Patrick y Bobbie, no se sientan bien; pero su tío Skeeter, es el que con mucha habilidad les hace comprender que no están solos y que tienen a su alrededor a muchas personas que los quieren y están al tanto de ellos.
Es obvio que los niños en el caso de que sus padres se separen, son quienes sufren, pero están otros miembros familiares que tienen el deber a veces moral de ayudar en estos casos, y hacer sentir a los menores que son importantes, que no están desprotegidos y que los quieren muchísimo y que siempre los acompañarán en su desarrollo personal y emocional.
Bueno para quienes gustan de los relatos y si quieren que los niños encuentren emoción en lo que significa narrar cuentos, les recomiendo esta fantástica película.
Nos vemos más adelante con otro artículo.
Angélica María Granados Alzamora

sábado, 14 de febrero de 2009

AMISTAD, BELLA AMISTAD



Otra vez frente a mi portátil escribiendo mi inspiración que viene de dentro; del alma, quizás porque hoy es el Día de la Amistad, del Amor, de San Valentín, quien paso a la historia por dar amor.
He recibido mensajes, postales, tarjetas animadas de mis amigos de mi país, mi querido Perú, y de los que están lejos a millas de distancia. Cuando era niña teníamos que esperar el correo y de repente por allí aparecían algunas cartas, tarjetas con saludos de amigos y familiares que estaban lejos de nosotros. Cuando me hice una joven llegaban sendos ramos de flores, arreglos divinos, cajas de bombones, tarjetas, presentes envueltos en lindos papeles de regalo con cintas satinadas, hasta serenata. Y como es lógico mi satisfacción y vanidad se ponían en grado máximo.
Una adolescente o joven que los reciba debe sentirse como yo a esa edad. ¡Oh, amor! fuente de inspiración de poetas, novelistas, guionistas cinematográficos y teatrales. Todo ello forma parte de nuestra experiencia, ese cúmulo de sucesos, que con la edad pasan a ser recuerdos imborrables en nuestra memoria y que calan nuestra alma.
Mi esposo, Jose, como lo llamo yo sin acentuar la vocal “e”, compró el diario y leí muchas cosas sobre este día tan especial San Valentín. Observé que esta fecha se está convirtiendo en comercial, muchos jóvenes y también menos jóvenes saldrán a encontrarse con su media naranja; los que aún no tengan la suerte de tener una pareja probablemente también salgan o se queden en casa leyendo algo o viendo la televisión.
Les cuento algo más en la recepción de mi edificio hay arreglos florales y regalos, el joven de seguridad será el encargado de hacerlo llegar a sus destinatarios. ¡Qué bello, inspirador!
Pero mi interés no sólo es escribir sobre lo que hace la gente en un día como hoy, sino mi espíritu comenzó a sensibilizarse y mi cerebro empezó de pensar. Es que todos necesitamos una palabra amiga, calor humano, alguien que nos escuche, que ría con nosotros o nos dé un pañuelo donde enjugar nuestras lágrimas.
Debemos entonces empezar en casa, con la familia, padres e hijos deben brindar amistad. Que difícil debe ser para un padre no confundir el respeto con la amistad que debe prodigar a su hijo. Eso quizás lo podemos lograr yendo a pasear con nuestros hijos y conversar con ellos en el camino, para que vayan sintiendo la confianza suficiente de poder contar hasta los mínimos detalles a sus padres. El jugar con ellos, juegos de salón o deportes, el compartir lecturas juntos, ir a reuniones donde los padres y los jóvenes puedan sentir la confianza de hablar e ir conociéndose entre ellos. Y lo más importante escuchar a un adolescente decir: “Mi padres son mis mejores amigos, ellos saben todo sobre mí y sus consejos son lo máximo”
Como pueden ver hoy, también yo pienso pasar un hermoso día con mi media naranja y el fruto de este amor, que siento aún como si fuera el primer día. Y lo más hermoso nos acompañará nuestro hijo, Diego Alonso, que está entusiasmado; porque él sabe que es el Día de la Amistad, y nos dice que saldrá con sus dos mejores amigos, sus padres.
Pronto nuevamente estaré con ustedes escribiéndoles sobre algo tal vez sin mucha importancia.
Angélica Granados Alzamora

EL VALOR DE UNA PROMESA


Siempre he pensado que publicar en un blog un artículo no es lo único que podemos hacer, sino también podemos comentar, intercambiar ideas y porque no hasta discutir temas o asuntos interesantes. Bueno hoy traigo a mi mente lo que puede significar cumplir una promesa, según el diccionario de la RAE, hay dos significados que me parecen interesantes para expresarme; el primero, dice: "Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo." y el segundo, señala lo siguiente: "Persona o cosa que promete por sus especiales cualidades." Creo que no es fácil prometer y mucho menos cumplir con una promesa y que verdaderamente, quien lo hace tiene que ser una persona con cualidades muy nobles, con una sensibilidad única y a veces es muy difícil encontrarla hoy en día. Recordemos que muchas veces una promesa puede ser decisiva, y en muchos casos puede cambiar el destino de una persona. Para llevar a cabo el cumplimiento de una promesa. se requiere de sensatez y sentimientos, como titula una película muy famosa interpretada por las talentosas actrices Ema Thompson y Kate Winslet. Muchas veces en la vida se toman decisiones propias y otras llevadas por un destino que parece predestinado. Pero si esa decisión a tomar se origine del cumplimiento de una promesa, como cuando una madre antes de morir le pide a un hijo algo especial, pero que quizás implique forjar el destino de otras personas, como de repente, el de sus hermanos menores; que sólo contarán con el cariño, apoyo, consejo y mano amiga de ese hermano. Será indefectiblemente una decisión muy difícil, cargada de emotividad, responsabilidad, temores, inseguridad y que requerirá de una madurez extrema.

Entonces, los jóvenes de hoy, están siendo formados con esa sensibilidad que se requiere para el cumplimiento de una promesa. Y porque no preguntarnos, de esa madurez que requerirá para tomar decisiones tan difíciles en la vida y muchas veces trascendentales.

Pues es difícil la respuesta, pero es importante considerarla, porque debemos formar para prepararlos a enfrentar retos y situaciones que a veces hasta son inverosímiles.

Siempre me pregunto cuán difícil es ser padres y más difícil es ser educador, porque guiamos a niños y adolescentes que en realidad vamos conociendo poco a poco, porque no somos sus padres y muchas veces, no podemos reemplazarlos en ese rol. Pero sí, podemos ser una luz en el camino de esos niños y adolescentes que comparten con nosotros nuestras clases.

Bueno es mi primer artículo en el blog y forma parte de mi experiencia personal.

Si lo leen compartan conmigo sus comentarios.

Angélica María Granados Alzamora.