Estuve mirando en una de esas grandes librerías de hoy como Crisol, Zeta bookstore, u otras que tienen fama de tener literatura recién llegada a nuestro país, y he observado que el boom está en esos libros conocidos hoy como de AUTOAYUDA, creo que esto se debe a nuestra vida actual, totalmente consumista, donde te van diciendo que vales por lo que tienes no por lo que realmente eres.
Claro en un mundo creado por gente capitalista, que busca el consumismo, para que el mundo financiero se mueva está en el consumo, cuanto más gastas es que más ganas y más necesidades tienes de decirle a los demás que eres superior, que tu status social está sobre el de muchas otras personas que sólo viven con ínfimos salarios; que con las justas les da para sobrevivir, sí como anoto sobrevivir.
Vivimos entonces en un mundo de avances tecnológicos, médicos y de comunicación impresionantes; y me pregunto y que pasa con el espíritu del hombre es que no es necesario que este se alimente y refuerce. Los empresarios se preocupan por importar o exportar productos, porque los precios internacionales de nuestros productos estén bien cotizados en la bolsa de valores y dependemos de estos índices para mantenernos económicamente.
Es entonces, de suponer, que el ser humano necesita de textos de autoayuda que lo hagan sentirse bien consigo mismo, que le permitan encontrar la paz espiritual, esa paz espiritual que tanto necesitamos. Pero creo que sólo es suficiente voltear nuestros ojos a libros tan antiguos como el mundo mismo, ahí está La Biblia, que según la historia dice que es el primer libro impreso. Y por supuesto, muchos otros con fines didáctico-moral como El Conde Lucanor de Don Juan Manuel o Las Anacletas de Confucio.
Hay entonces, una vasta bibliografía sobre libros que ayudan al ser humano a ser mejor, a vivir en paz consigo mismo y con los demás, a encontrar un sentido a su vida, a luchar por sus sueños y a vivir en bienestar y con calidad de vida, que tanto se habla actualmente. Pero nosotros somos quienes debemos inculcar esto a nuestros niños y jóvenes para poder desarrollar una sociedad mejor, más humana y más sensible.
Claro en un mundo creado por gente capitalista, que busca el consumismo, para que el mundo financiero se mueva está en el consumo, cuanto más gastas es que más ganas y más necesidades tienes de decirle a los demás que eres superior, que tu status social está sobre el de muchas otras personas que sólo viven con ínfimos salarios; que con las justas les da para sobrevivir, sí como anoto sobrevivir.
Vivimos entonces en un mundo de avances tecnológicos, médicos y de comunicación impresionantes; y me pregunto y que pasa con el espíritu del hombre es que no es necesario que este se alimente y refuerce. Los empresarios se preocupan por importar o exportar productos, porque los precios internacionales de nuestros productos estén bien cotizados en la bolsa de valores y dependemos de estos índices para mantenernos económicamente.
Es entonces, de suponer, que el ser humano necesita de textos de autoayuda que lo hagan sentirse bien consigo mismo, que le permitan encontrar la paz espiritual, esa paz espiritual que tanto necesitamos. Pero creo que sólo es suficiente voltear nuestros ojos a libros tan antiguos como el mundo mismo, ahí está La Biblia, que según la historia dice que es el primer libro impreso. Y por supuesto, muchos otros con fines didáctico-moral como El Conde Lucanor de Don Juan Manuel o Las Anacletas de Confucio.
Hay entonces, una vasta bibliografía sobre libros que ayudan al ser humano a ser mejor, a vivir en paz consigo mismo y con los demás, a encontrar un sentido a su vida, a luchar por sus sueños y a vivir en bienestar y con calidad de vida, que tanto se habla actualmente. Pero nosotros somos quienes debemos inculcar esto a nuestros niños y jóvenes para poder desarrollar una sociedad mejor, más humana y más sensible.
Espero seguir contactándome con esta bitácora más adelante.
Angélica María Granados Alzamora